Las tejedoras de destinos || Gennifer Albin
Alfaguara || : 15/05/2013
Puntuación: 2/5
Inútil. Torpe. Las demás chicas lo susurran a sus espaldas. Pero la joven de dieciséis años Adelice Lewys tiene un secreto: sus errores son intencionados.
Dotada de una habilidad fuera de lo común para tejer el tiempo, Adelice es exactamente lo que la Corporación está buscando, y en Arras ser elegida tejedora es lo máximo a lo que una joven puede aspirar. Ser hilandera significa privilegios, riqueza y belleza eterna. Pero no solo eso, también significa tener la facultad de bordar la esencia de la vida. Pero para ello hay que pagar un precio que Adelice no está dispuesta a asumir, puesto que deberá controlar absolutamente todo lo que las personas son: lo que comen, dónde viven, cuántos hijos tienen… Así que está decidida a fallar en las pruebas para ser hilandera, pero en su último examen sus dedos resbalan, el telar reacciona a su don… y la Corporación la identifica. A partir de ese momento, Adelice dejará de tener control sobre su vida y pasará a convertirse en un instrumento más de la omnipresente Corporación. Sin embargo, una vez dentro, el poder de Adelice irá creciendo mientras aprende a manejar su don y a decidir en quién confiar, a quién vigilar… y a quién amar.
Opinión Personal (sin spoilers)
Es raro que un libro no me guste. Puede sonar extraño, teniendo en cuenta que considero que leo bastante, pero es cierto. Tampoco diré que este libro es el peor que he leido, o que no me gustó, porque tampoco sería la verdad al 100%. Pero si he de admitir que no es lo mejor que he leído últimamente.
Cuando leí la sinopsis, tenía muchas ganas de hincarle el diente, o ponerle mis ojos encima, que es más apropiado. El tema del Destino es algo que siempre me ha gustado mucho, y del que soy fiel creyente, por eso creía que este libro, tenía muy buena pinta. No me equivocaba. La trama sobre la que gira, es intrigante, original y llama la atención. No es ese el problema, sino, quizá, la manera en la que está escrito. No es que la autora escriba mal, ni mucho menos. Pero ha habido momentos durante la lectura, que me daban ganas de saltarme párrafos enteros porque era incapaz de entenderlos. Y esos, la mayoría de veces era cuando se hablaba del trabajo de las hilanderas. Y teniendo en cuenta que esa es la trama del libro, la chicha, hablando coloquialmente, no debería ocurrir, porque lo que provoca es que el libro no termine de engancharte. Así que diría que a pesar de que la historia está bien pensada, la autora no se ha molestado en describirlo de manera que el lector, que se supone que debería ser joven, pueda entenderlo y meterse de lleno en ese mundo desconocido del destino y los hilos.
Puede parecer que teniendo en cuenta esto, el libro no merezca la pena. Bueno, no diría tanto. Porque si es cierto que lo mejor de un libro es que sea fácil de leer, comprensible y atrayente, y quizá en este no pase, o al menos no siempre. Pero a parte de la historia de las hilanderas hay otras, como las de los propios protagonistas que si consiguen llamar la atención, o al menos la mía. Hay personajes malos, de esos que llegas a odiar, que están bien descritos y logrados, y que consiguen su propósito. Igual que los personajes que son justo lo contrario. Por otra parte el final del libro es sorprendente, y te invita a continuar con la saga, por lo menos para saber qué ocurre después, y si la cosa mejora, al menos en cuanto a narración.
El libro tiene sorpresas, de esas que a mi me gustan, y eso también se agradece, y ha conseguido invitarme a seguir leyendo. Por lo que sé de las personas que se lo han leido conmigo, no están nada convencidas de continuar con esta historia, yo por mi parte si lo haré, y quizá por eso os recomiendo este libro también, como el de mis otras reseñas. No dejeis todo por haceros con él y leerlo, pero si teneis un rato y nada que leer, probar con la historia de Adelice, y de Jost y Erik. Y si os gusta, o no, no dudeis en decírmelo.