Últimas reseñas Cenizas Once veces nosotros Felix para siempre No fue un suicidio No nos criaron para ser cobardes Ylandra. Tiempo de revolución El secreto de Pandora Esa chica me vuelve loca Si la marea susurra tu nombre

miércoles, 17 de marzo de 2010

Sí, la quiero...

- El viejo Kyle Kingsbury no se hubiera fijado en mi pelo.
- El viejo Kyle Kingsbury si que se hubiera fijado, pero te habría tomado el pelo. Ya no soy el viejo Kyle Kingsbury. Ni siquiera soy Kyle Kingsbury.
Kendra asintió.
- Lo sé. Y por eso me entristece que sigas atrapado en la maldición de Kyle Kingsbury. - Exactamente lo que Magda había dicho -. Lo que me lleva de nuevo a mi pregunta, la que has esquivado tan hábilmente. ¿La quieres?
- ¿Por qué tendría que decírtelo?
- Porque no puedes decírselo a nadie más. Tu corazón está hecho pedazos y no tienes a nadie con quien hablar.
- ¿Y debería abrir mi corazón a alguien como... tú? Arruinaste mi vida, ¿ahora quieres también mi alma? Perfecto. Sí, la quiero. La quiero con toda mi alma. Ha sido la única persona que he conocido que me ha hablado con sinceridad, que me conocía pese a mi apariencia, pese a mi padre, que se preocupaba por mi pese a ser una bestia. Pero no me amaba. - No estaba mirando al espejo. No podía porque, aunque mi tono de voz era sarcástico, las palabras eran sinceras -. Sin ella, no me queda ninguna esperanza, no me queda vida. Pasaré el resto de mi vida amargado y moriré solo.

La Bestia, Alex Flinn

domingo, 14 de marzo de 2010

Tanto que decir...

Era capaz de plantarse en la línea de ataque y hacerle frente a una horda de placadores a la carga sin pestañear, y en cambio no podía afrontar sus propios sentimientos. Por eso era tan fácil salir con Petula. No requería profundizar. A ella la podía pasear de aquí para allá igual que a uno de sus trofeos deportivos, un premio destinado a suscitar la envidia de otros antes que a ser apreciado por él mismo. Pero la relación con Scarlet le había cambiado, o por lo menos había empezado a hacerlo.
Se puso a pensar en todo lo que tenía que haberle dicho a Scarlet y para lo que no había reunido el coraje suficiente. No tanto en lo concerniente a evitar que cruzara al otro lado - en ese tema no había nada que hacer, la chica era demasiado cabezota - sino sobre otras cosas. Cosas como lo mucho que ella le importaba, lo mucho que la echaba de menos. Lo mucho que la necesitaba. Cosas que ella necesitaba escuchar de boca de él.

Ghostgirl: El regreso