Reseña: El Instituto - Stephen King

El Instituto || Stephen King

Plaza & Janés || Septiembre 2019
624 páginas || Papel y ebook

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En mitad de la noche en un barrio tranquilo de Minneapolis raptan a Luke Ellis, de doce años, tras haber asesinado a sus padres. Una operación que dura menos de dos minutos. Luke se despierta en la siniestra institución conocida como el Instituto, en un cuarto que se asemeja al suyo pero sin ventanas. En habitaciones parecidas hay más niños: Kalisha, Nick, George, Iris y Avery Dixon, entre otros, que comparten capacidades especiales como la telequinesia o la telepatía. Todos ellos se alojan en la Mitad Delantera de la institución. Los mayores, en cambio, se encuentran en la Mitad Trasera. Como dice Kalisha: «El que entra no sale».
La señora Sigsby, la directora, y el resto del personal se dedican a aprovecharse sin compasión del talento paranormal de los chicos. Si te portas bien te premian. Si no, el castigo es brutal. Luke se da cuenta de que las víctimas van desapareciendo y son trasladadas a la Mitad Trasera, así que se obsesiona con huir y pedir ayuda. Pero nunca nadie ha escapado del Instituto...

Deudora de Ojos de fuego y con un elenco de personajes juveniles (como en It y en Stand By Me) con los que podemos empatizar, El Instituto nos recuerda de inmediato al mejor King, incluso aunque trate temas tan oscuros como los que copan los titulares hoy en día y que nos hacen temer por nuestro futuro.

Luke Ellis es un niño prodigio. Con tan solo 12 años ya tiene aseguradas dos plazas en dos universidades distintas, y se dispone a estudiar dos carreras a la vez. Es un niño muy muy inteligente, pero lejos de ser uno de esos chicos solitarios e incomprendidos, su vida social es completamente normal. Le gustan los deportes, los videojuegos, pasar tiempo con sus amigos y disfrutar de la compañía de sus padres. Es un chico con una vida completamente normal. Pero, además de listo, también es capaz de mover cosas con la mente, aunque sean cosas pequeñas y por segundos. Lo que jamás esperaría ni él ni sus padres es que, una noche, estos fueran asesinados y Luke raptado para llevarlo al Instituto, con otros chicos con capacidades especiales. Allí los utilizan, los absorven, los desgastan, y cuando ya no sirven, desaparecen y jamás vuelven a verse. Por eso Luke sabe que no puede llegar a ir a la Mitad Trasera, ese es el principio del fin. Y con ayuda de sus compañeros y nuevos amigos, está decidido a escaparse. Pero ¿cómo hacerlo si jamás lo ha hecho nadie antes?

'El Instituto' es uno de los últimos libros que se han publicado en España de King, y en cuanto supe que iba a salir, supe que lo quería. Es uno de mis autores favoritos, a pesar de que aún me faltan muchas de sus novelas por leer, algunas de ellas las más famosas (como creo que ya dije en la reseña de Elevación), y todo lo que se publica de él, automáticamente se añade a mi lista de deseos y libros que leer en algún momento. Con este no he esperado más y lo único que puedo deciros, bueno, lo único no, os contaré más cosas, pero lo más importante que debéis saber es que el libro, me ha encantado. Y que, si estáis pensando en leer al autor y os asusta que sus libros puedan dar mucho miedo, este puede ser una buena primera opción, porque te cabrea por lo que sucede y te indigna, pero no da nada de miedo, os lo aseguro.

En este libro no hay monstruos, como en otras obras del autor, hay algo mucho peor. Humanos sin sentimientos, sin remordimientos, dispuestos a cualquier cosa por conseguir aquello que quieren, confiando ciegamente en que hacen lo correcto por un bien mayor, aunque para ello tengan que acabar con la vida de niños inocentes e incluso de sus familias. Y para mí, es mucho peor un humano, con capacidad de pensar y sentir, comportándose como un monstruo, que un monstruo que ni piensa ni siente ni sabe lo que hace realmente. ¿Para vosotros no? Por eso he dicho que este libro cabrea e indigna, durante gran parte de la trama, porque ves lo que le hacen a esos niños, piensas que hay muchos que puedan sufrir cosas parecidas, sin la parte paranomal, y te hierve la sangre, a mí al menos.

'El Instituto' cuenta con una gran cantidad de personajes. Por un lado tenemos a los niños, el más pequeño de los cuales, sino me falla la memoria, tiene 10 años, se llama Avery y es la inocencia y ternura personificada, aunque luego nos muestre una cara que lo hace más listo y adulto que todos los demás juntos. A él le acompañan otros como Kalisha, Nick, George, Helen o Iris, entre otros. Y por el otro lado tenemos a los adultos. Algunos, trabajadores (o maltratadores mejor dicho) de El Instituto, y otros, habitantes de un pequeño pueblo llamado DuPray que crees que no va a tener ninguna relación con la historia, pero la tiene, vaya si la tiene. En ese pueblo nos encontramos a Tim, personaje que a mí me ha encantado. Es un libro, como veis, con muchos nombres y personajes que recordar, pero os aseguro que no va a ser nada difícil saber qué papel tiene cada uno en la historia y quién es quién.

Estamos ante una historia con toques paranormales, ya que tenemos personajes con poderes. Algunos leen la mente (telepatía) y otros mueven objetos (telequinesis), y él como se descubren a estos personajes y lo que se hace o se quiere hacer con ellos, está muy bien explicado. Incluso tenemos el motivo de todo, que puede hacernos dudar un poco sobre eso de hacer algo por un bien mayor, pero que al final, al menos a mí, no me ha convencido ni me ha parecido suficiente para llevar a cabo lo que se lleva a cabo en el Instituto. Lo que si os puedo decir es que, aunque todo queda bien explicado, y se podría decir que con un final cerrado, se queda una puerta abierta que al menos a mí, me invita y me pide una continuación. Ya sabéis que me gusta que todos los cabos queden atados en los libros, no a mi propia imaginación, y quedarme con la sensación de que no todo el mundo ha tenido su merecido, no me gusta nada. Así que si King decide hacer una segunda parte, voy a ser la primera en leerla, os lo aseguro. La necesito. Yo al menos sí.

En cuanto a la pluma del autor poco os puedo decir que no dijera ya en la reseña de Elevación hace unas semanas. Me encanta como escribe, como describe y como transmite. Es un autor que no me cansaré nunca de leer, aunque lo haga muy de vez en cuando a veces. Pero es que las ideas que intenta hacernos llegar a mí me llegan, o al menos con este libro yo he creído que buscaba también hacer una crítica sobre los abusos y el creernos con poder frente a los más débiles. Y me ha gustado que se rebelara ante eso. Es un autor que no hace descripciones detalladas de cada objeto o lugar, pero sí que nos da una idea de la ambientación y de lo que ocurre, y os aseguro que las escenas más duras de los experimentos que hacen con los niños, son muy visuales, y ponen la piel de gallina. Para mí King es el maestro del terror y uno de los grandes de la literatura, y así seguirá siendo siempre (por cierto, la referencia a Salem's Lot me ha encantado). Puede que unos libros nos gusten más que otros pero, con todo lo que tiene escrito y escribe, si un libro no convence, habrá diez que sí lo hagan. Y este es de esos 10.

En resumen, 'El Instituto' es un libro en el que tenemos a un grupo de niños con poderes, que son secuestrados y utilizados por un grupo de adultos que buscan o creen realizar un bien mayor. Esos abusos están justificados y explicados, pero a mí no me ha convencido, y me he cabreado mucho cada vez que se describía lo que hacían con esos pobres niños. Niños que deciden rebelarse, o lo intentan, que se dan cuenta de que juntos son más fuertes y de que, a pesar de ser diferentes, hay algo muy importante que los une, el querer seguir vivos. Estamos ante un libro con una historia lenta, que sí, tiene acción y no hay nada que sobre en sus páginas, pero no es una lectura que se acabe en un día, para nada. Os lo recomiendo si os gusta el autor, y si no os atrevéis a leerlo, este puede ser vuestra mejor opción. Los montruos en esta historia existen y dan miedo, pero tienen nombre y apellidos y son humanos, lo que los hace aún peores.

Porque aquello se había convertido en una partida de ajedrez y, en el ajedrez, uno nunca vivía en el movimiento que se disponía a hacer, ni siquiera en el siguiente. Había que ir tres movimientos por delante, esa era la norma. Y prever tres alternativas para cada uno, en función de lo que hiciera el adversario.

Gracias a la editorial por el ejemplar.