Editorial Planeta || Mayo 2022
448 páginas || Papel y ebook
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Noah vivía el presente. Despreocupado. Sin futuro. Con sus propias normas. Hasta que la solista de Al Borde del Abismo les dejó minutos antes de la actuación y tropezó con unos ojos verdes en un callejón.
Deberían haber sido algo pasajero. Puntual. Un segundo en las manecillas de un reloj.
Llegaron los ensayos, el olor de la lluvia, los deseos que se sienten en la piel y la gira. Llegaron el miedo y las ganas.
Porque que algo no sea perfecto no significa que no sea jodidamente especial.
Porque a veces el corazón sigue sus propias reglas.
Porque un segundo se convierte en infinito cuando logras detener el tiempo.
Una banda de música. Dos polos opuestos que deben arriesgarlo todo.
Un amor tan efímero como un beso, pero tan eterno como una balada de rock.
Algún día llegará alguien, chico, chica, amigo, pareja, y te trastornará hasta el punto de que le dirás que se vaya mientras sales detrás para impedírselo... Algún día comprenderás que es inútil, los corazones laten hasta el final. Es lo último que se apaga. El sonido del «hasta pronto, te espero al otro lado del puente».
Leer a Alexandra es asegurarme una de las mejores lecturas del año. No falla, al menos hasta ahora, no lo ha hecho. Y a esta bilogía le tenía tantas ganas como meses llevaba esperando en la estantería. No tardaré en leer el segundo, eso lo tengo claro, pero después de este necesitaba tiempo para asumir, digerir y coger fuerzas para su continuación. Porque como todos sus libros, los que he leído al menos, 'La noche que paramos el mundo' es de esas historias que te estrujan el corazón, te lo rompen en mil pedazos, te lo recomponen, pero no te aseguran que continúe así por mucho tiempo. Y tienes que mentalizarte para terminar la historia, eso está claro. Siempre digo que soy un poco (o muy) masoca, porque si un libro tiene drama y romance, allá que voy yo de cabeza. No lo puedo evitar. Disfruto más con una historia que me emocione y me haga llorar, que con una que intente hacerme reír, y digo intente porque ninguna lo ha conseguido aún. Pero es que siento que este tipo de historia, aunque duela a rabiar, aunque me haga llorar a mares, me deja con una sensación muy positiva al final, de esperanza, por mucho que sufran sus personajes. Quizá sea la forma de transmitir sentimientos de Alexandra, o el poder sentirme identificada con ese sufrimiento, o el poder desahogarme y soltarlo todo leyendo el libro, no lo sé, pero me encantan. Aunque sufra. Pero entiendo que a mucha gente precisamente sea eso lo que le eche para atrás, y creo que es importante saberlo antes de animarte o no a leer a la autora, o en este caso, este libro. Y no es porque acabe mal o bien, es por lo que se sufre en el camino. Tenedlo en cuenta.
Cuando Marina canta, vuela, mierda, vuela. Pero no es un vuelo solitario. Te arranca del suelo y te lleva con ella. A su lado he recorrito el puto universo. Estamos en paz.
En esta historia tenemos tres puntos de vista, el de los tres protagonistas: Marina, Noah y Leo. Ellos dos son amigos desde hace tiempo, ambos se salvaron el uno al otro y, aunque de jóvenes se odiaban porque no tenían nada que ver, o eso creían ellos, tras conocerse mejor en cierto momento complicado para ambos, se volvieron inseparables. Los une la música, y ambos crearon Al Bordel del Abismo junto a Vic y Enzo, dos hermanos maravillosos que adoras desde que aparecen. Marina llega cuando necesitan a una solista, porque la suya se ha ido (puede que por culpa de Leo y esa manera suya de ligarse a todo lo que se mueve), y aunque en sus planes de vida no entra cantar, lo hace muy bien, y cuando todo a su alrededor se derrumba y ni siquiera puede confiar en su madre, decide probar. Y será la mejor decisión que pueda tomar en su vida, aunque sufra mucho con ella. Porque es inevitable encariñarse con sus nuevos compañeros, tan inevitable como sentir que Noah es la persona más especial que llegará a conocer nunca. Y no deben liarse, ambos lo saben, pero la atracción y el amor no se pueden controlar aunque se intente, eso ya lo sabemos todos.
Sumé segundos a nuestra apnea con un nuevo beso. Así medíamos el tiempo juntos. En pequeños instantes. Segundo a segundo. Granos de arena que un día se convertirían en una historia tan fugaz como una estrella..., tan eterna como el universo.
Así que tenemos un romance que va poco a poco, creciendo aunque ninguno de los dos quiera, aunque intenten por todos los medios que no suceda. Al mismo tiempo que crece la amistad de Marina y Leo, que también termina enamorándonos, porque él no es tan malote como intenta aparentar, y también tiene mucho que curar en su interior. Como ella. Como Noah. Y cuando los tres se juntan, la habitación entera en la que están, o la ciudad, se ilumina, porque son luz, aunque a su alrededor solo vean oscuridad. Y es maravilloso leer cómo es su relación, como fue en el pasado para ellos, porque lo iremos descubriendo poco a poco, y cómo puede que sea en el futuro, y me da miedo cuanto llegue a sufrir con ellos, junto a ellos. Pero no son los únicos en esta historia que transmiten luz al resto, también lo hace Carlota, la hermana de Noah. Y Anna y Giuseppe, el matrimonio que trabaja en casa de Marina, y que lleva toda la vida apoyándola y queriéndola como sus padres deberían hacer.
Siempre que me situaba detrás de ella me quemaban las ganas de decirle que detuviese ese sufrimiento continuo, que estaba guapa, que era guapa, y que cuando miraba las rayas que la atormentaban no veía un cúmulo de años, veía raíces expandiéndose en la arena. Historia viva creciendo como un árbol. Algo completo y fascinante.
La verdad es que no sé qué puedo contaros de este libro, porque lo que de verdad importan son las relaciones que se van estableciendo entre los personajes. La música, que sea una banda de rock que se va a ir de gira, es un plus, obviamente, porque nos deja claro cuando nos puede ayudar ese arte a demostrar o descubrir quienes somos realmente. Pero es un libro principalmente de sentimientos, de crecimiento, de darte cuenta de lo que quieres y lo que no, de aprender a valorarte, de dejar ir para sanar, para ser feliz. Un libro que nos habla de amor, pero no solo en pareja, también en la amistad, y eso es quizá lo más importante y lo que perdura al final. Es un libro con personajes muy reales, de esos que nos gustaría tener en nuestra vida, que están ahí para todo. Y no puedo evitar sentir un poco de envidia cuando conozco a personajes así, lo admito. Un libro escrito con mucha delicadeza, muchas reflexiones y, como ya he dicho alguna vez, que quizá no a todo el mundo le gusta la manera de escribir de Alexandra, por poética o reflexiva, pero que es la que a mí más me llega.
En resumen, 'La noche que paramos el mundo' nos presenta a tres personajes protagonistas, Marina, Noah y Leo, que descubrirán tras un encuentro inesperado y fortuito, que quizá eran lo que siempre habían buscado. Es una historia con música, ya que tenemos una banda de rock que busca el éxito, aunque quizá cuando lo alcancen deban renunciar a él, al mismo tiempo que afianzan sus relaciones, protegen su amistad y crecen descubriendo quienes son en realidad. Es un libro que le da muchísima importancia a la amistad, con personajes que arrastran fantasmas del pasado, y que luchan con los del presente. Que siempre están ahí para las personas que quieren. Que nos muestra un romance que va poco a poco, y personajes que son luz en mitad de la oscuridad. Un libro que duele, de principio a fin, que te rompe el corazón para recomponerlo en la página siguiente, y que te hará sentir tanto, que creerás que estás dentro de la propia historia. Os lo recomiendo si ya habéis leído a la autora y como para mí, es una apuesta segura. Y si no lo habéis hecho antes, si buscáis una historia que os haga sufrir, pero que os deje una sonrisa al recordarla por lo especiales que son sus personajes y la historia de cada uno de ellos.
Marina, si tú y yo quisiéramos solo sexo, tendríamos una oportunidad, pero podrías ser más. Podrías serlo todo. Si te dejo entrar, activarás aquellos rincones oscuros a los que tengo que renunciar y que había olvidado que echaba de menos. Los iluminarás. Marina, tú me recuerdas lo que es ser persona y no puedo permitírmelo.
¡Hola! He visto este libro reseñado varias veces y nunca me había llamado la atención. No sé si ahora mi humor ha cambiado o es que me apetece descubrir autoras nuevas, pero tras leer tu reseña me han entrado ganas de darle una oportunidad.
ResponderEliminarBesitos :)