Reseña: El color del hielo y el sabor de la nieve - Irene Romo

El color del hielo y el sabor de la nieve (Hielo y nieve #2) || Irene Romo

Autopublicado || Agosto 2021
336 páginas || Papel y ebook

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Ivana no soporta a Alek.
No desde que se coló en la fila de los zumos cuando tenían cinco años. Por eso, no duda en recordárselo si surge la ocasión. Ivana es la reina del hielo, la princesa de los patines danzarines que a todos hipnotiza con su energía y vitalidad.
Hasta que ocurre una catástrofe.
Alek no soporta a Ivana.
No desde que ella decidió no compartir sus lápices de colores con él por unos zumos. Por eso, no duda en burlarse de ella si tiene oportunidad. Alek es el maestro del carboncillo, el chico capaz de plasmar cualquier imagen en el papel en cuestión de minutos.
Hasta que su musa pierde su brillo.
¿Volverá Ivana a sentir el frío del hielo en la piel?
¿Conseguirá Alek hacer que su musa recupere su fulgor?

RESEÑA 1ª PARTE

 

Ivana y Alek se conocen desde que son niños, pero nunca se han caído bien. Él se coló en la fila del colegio con 5 años y se bebió el último zumo de piña que quedaba. Ella se enfadó y cuando le pidió compartir sus colores, se negó. Y desde entonces, las pullas y las bromas entre ellos son constantes, porque no se soportan. Sin embargo, sus familias están unidas por culpa de Nora y Bianca, y no les queda más remedio que compartir juntos ciertos momentos. Además, él esconde un secreto que nadie sabe relacionado con Ivana y el dibujo, y cuando él ya no puede dibujar porque su musa pierde los colores, todo cambia para ambos. Ivana es otra sobre el hielo, pero el día en que ya no pueda sentirse libre sobre él, tendrá que aprender a aceptarlo y reconstruirse. ¿Serán ambos capaces de dejar a un lado el odio y ayudarse el uno al otro a volver a ser quienes eran?

Nosotros decidimos ponernos de pie cuando nos caemos. Optamos por intentarlo de nuevo y no rendirnos. No hay ninguna fuerza cósmica que elija por ti.

'El color del hielo y el sabor de la nieve' es la segunda parte de una serie de libros independientes que tienen distintos protagonistas en cada uno. Obviamente, se relacionan, y yo siempre recomiendo leer en orden, además de que la historia de Nora y Bianca es preciosa y merece la pena leerse. Pero, al ser un libro romántico y saber ya de antemano quienes van a ser las protagonistas, ya intuyes cómo acabará el primero y no es que aquí vayas a comerte un spoiler. Esta segunda parte transcurre unos años después que el primero, y nos presenta a Alek e Ivana. El primero comparte familia con Nora y Nivi, a las que ya conocimos en el anterior y sabemos por qué es una extraña familia unida. La segunda es la hermana de Nora y vive con la madre de ambas, Luanne. También conocimos por qué están solas en la primera parte. Y quizá el cómo se forman ambas familias es una de las cosas que no me convenció del todo en el libro anterior, pero en este al ya saberlo y no darle más vueltas, no me ha importado. Y es uno de los motivos por los que este segundo libro me ha gustado más que 'Ojos de hielo y piel de nieve'.

Ivana y Alek son dos personajes maravillosos a los que conocimos siendo niños. Los motivos que tienen para odiarse son lo más absurdo del mundo, lógicamente, pero son de esas cosas que de pequeños te marcan y te duelen, y jamás llegas a olvidarlas. Sin embargo, ambos descubrirán a lo largo de esta historia que quizá tienen más cosas en común de las que creen, y que ambos juntos pueden vivir en un mundo mejor, más bonito, siendo ambos como quieren ser y haciendo lo que de verdad les hace felices. Lo que ambos van sintiendo es precioso, sobre todo porque te recuerda a ese primer amor que tienes con 15 años y que te marca para siempre. Todo lo que sientes es nuevo, y asusta, y cuesta afrontarlo y asumirlo, pero cuando lo haces la vida se pinta de colores, y eso es precisamente lo que Alek siente cuando ve a Ivana patinar, aunque ella ni lo sepa.

Nos encontramos con una historia preciosa en la que los protagonistas son muy jóvenes, y por tanto, actúan acordes a su edad. Es cierto que a veces parecen más maduros de lo que deberían ser dos adolescentes, pero también es verdad que ellos tienen un pasado complicado en el que vivieron un hecho muy doloroso, y eso te marca. Aunque no del mismo modo en el que se quedaron marcadas Bianca y Nora porque, obviamente, Alek e Ivana eran mucho más pequeños cuando sus vidas cambiaron para siempre y perdieron un pilar fundamental para ellos. Aun así, yo no he sentido su madurez poco creíble, aunque sí pueda chocar y te olvides un poco de su edad, y me ha gustado mucho como se ayudan el uno al otro, sobre todo Alek. Y es que es, sin duda, mi favorito en esta historia.

Irene Romo escribe de una manera maravillosa, ya lo dije cuando reseñé el libro anterior, y aquí solo me deja más claro aún que quiero leer todo lo que escriba, no solo de esta serie de 'Hielo y Nieve' (que estoy deseando saber quién será la siguiente protagonista), sino de cualquier otra historia que tenga tantos sentimientos como esta. Sabe muy bien cómo hacernos partícipes de lo que nos cuenta, que podamos empatizar con los personajes, sufrir, emocionarnos y enamorarnos con ellos, y eso es algo que me encanta. Así como en el anterior hubo actitudes de Nora que no llegué a compartir y que me molestaron, en este no me ha ocurrido, porque la historia es distinta y lo que sienten y viven los personajes también. Sabe dar esas dosis de drama y dolor que tanto disfruto en la romántica, sobre todo cuando sabes que al final todo saldrá bien, y no puedo hacer otra cosa que añadirla a mi lista de "autoras de las que quiero leer todo".

En resumen, 'El color del hielo y el sabor de la nieve' vuelvo a llevarnos hasta Alaska, para volver a adentrarnos en la vida de estas dos familias que tanto nos enamoraron en 'Ojos de hielo y piel de nieve'. Nos reencontramos de nuevo con Nora y Bianca, aunque aquí tengan un papel secundario porque los verdaderos protagonistas son Ivana y Alek, dos adolescentes que no se soportan desde que tenían 5 años, pero que aprenderán, a las malas, y de nuevo, que todo puede cambiar en un instante. Ella patina y se siente libre sobre el hilo, él dibuja y con sus trazos da vida a lo que no se ve, llenándolo de colores, pero todo cambiará para ambos cuando ninguno de los dos pueda hacer lo que realmente les hace felices a causa del otro. Nos encontramos con una historia juvenil en la que sentimos el amor adolescente, ese que descubres por primera vez y cambia toda tu perspectiva, y será maravilloso y emocionante ver cómo crece. Ivana y Alek son dos personajes que evolucionan, maduran y sienten, y será precioso ver cómo la vida cambia para ellos, porque, como se suele decir, del odio al amor hay solo un paso. O, en este caso, una caída. Os lo recomiendo si os gustan las historias de amor lento, del bonito, del que va poco a poco, del que se siente por primera vez, porque es encantará. Y aún más si os gustan las historias con patrinaje sobre hielo.

No soy de decir «lo siento» o expresar emociones en voz alta, porque creo que vale más una demostración que una palabra que puede negarse en cualquier momento; las acciones son eternas porque los recuerdos lo son.