Reseña: La hija del relojero - Kate Morton

La hija del relojero || Kate Morton

Suma de Letras || Noviembre 2018
648 páginas || Papel y ebook

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¿Mi nombre verdadero? Nadie lo recuerda.
¿Los sucesos de aquel verano? Nadie más los conoce.

En el verano de 1862, un grupo de jóvenes artistas, guiados por el apasionado y brillante Edward Radcliffe, viaja a Birchwood Manor, una casa de campo en Berkshire. Tienen un plan: vivir los siguientes meses recluidos y dejarse llevar por su inspiración y creatividad. Sin embargo, cuando el verano toca a su fin, una mujer ha muerto de un disparo y otra ha desaparecido, se ha extraviado una joya de valor incalculable y la vida de Edward Radcliffe se ha desmoronado.
Unos ciento cincuenta años más tarde, Elodie Winslow, una joven archivista de Londres, descubre una cartera de cuero que contiene dos objetos sin relación aparente: una fotografía en sepia de una mujer de gran belleza con un vestido victoriano y el cuaderno de bocetos de un artista en el que hay un dibujo de una casa de dos tejados en el recodo de un río.
¿Por qué ese boceto de Birchwood Manor le resulta tan familiar a Elodie? ¿Y quién es esa hermosa mujer que aparece en la fotografía? ¿Le revelará alguna vez sus secretos?

Narrada por varias voces a lo largo del tiempo, La hija del relojero es la historia de un asesinato, un misterio y un robo, una reflexión sobre el arte, la verdad y la belleza, el amor y las pérdidas. Por sus páginas fluye como un río la voz de una mujer ya libre de las ataduras del tiempo y cuyo nombre ha caído en el olvido: Birdie Bell, la hija del relojero, la única persona que vio todo lo sucedido.

Nunca había leído nada de Kate Morton, y tampoco recuerdo nunca haberme interesado por sus libros realmente, hasta que vi la opción de leer este en una lectura conjunta y me animé. Y lo cierto es que me alegro de haberlo hecho porque ha sido una grata sorpresa y he disfrutado mucho de la historia, al menos en la mayor parte del libro, porque reconozco que algunas partes, sobre todo al principio, se me hicieron algo más pesadas por su densidad. Es un libro muy extenso, con muchos personajes y mucha historia, así que entiendo que no pueda tener en todo momento el mismo ritmo, pero lógicamente, eso ha hecho que no pueda ponerle una mayor puntuación. Lo que si me anima es a leer más libros de la autora, al menos si tienen un estilo parecido.

El tiempo es una extraña y poderosa bestia. Tiene la costumbre de volver posible lo imposible.

En esta historia conocemos a Elodie, una archivista de Londres que realizando un trabajo encuentra dos objetos que no parecen relacionarse entre sí, pero que realmente si lo hacen. Una foto de una preciosa mujer en tono sepia, y un cuaderno de bocetos de dibujos. En dicho cuaderno aparece una casa, y a Elodie le recuerda a una que aparecía en un cuento que le contó su difunta madre cuando era pequeña. Elodie comienza a obsesionarse con ambos objetos y no para de investigar hasta que descubre qué son, a quién pertenecen y cómo se relacionan. Y la conexión de ambos, además de la unión con una historia del pasado, es lo que más he disfrutado del libro. Aunque tengo que reconocer que hay cierto objeto o ciertos momentos en la historia que, aún no teniendo mucho que ver, me han recordado un poco a Titanic.

He vivido muchos años y he aprendido que debemos perdonarnos por nuestro pasado o el viaje al futuro se vuelve insoportable.

'La hija del relojero' se divide en varios momentos en el tiempo. Por un lado tenemos la historia del presente, con Elodie y el descubrimiento de los objetos y cómo va investigando sobre ellos. Y por otro, conocemos el pasado en distintos momentos de la época, y con varios personajes como protagonistas. Pero la historia que más importancia tiene es la de Birdie Bell, que estuvo presente en el asesinato que se cometió en el verano de 1862 en la casa de Birchwood Manor, propiedad del artista Edward Radcliffe, cuya vida después de ese suceso fue un auténtico misterio y no acabó demasiado bien. Las teorias sobre lo ocurrido son muchas, y las especulaciones también, pero solo Birdie conoció la verdad, y es un personaje que guarda muchas sorpresas. Y que a mi, personalmente, me ha encantado y se ha convertido en mi favorito, y el que le da a la historia ese toque especial que tanto me gusta.

Ella es arrebatadora. Ahora que la he visto, el mundo me parece lleno de impostores. Ella es la verdad; la verdad es belleza; y la belleza es divina.

La pluma de la autora me ha gustado mucho. Como he dicho, hay partes algo más densas, pero cuando la historia es realmente interesante la lectura fluye sola, sobre todo al final. A medida que vamos avanzando en lo ocurrido, vamos descubriendo secretos y conociendo personajes, y vamos viendo la conexión entre todos ellos, entre el presente y el pasado, no podemos dejar de leer. En el libro se intercalan capítulos en los diferentes momentos en los que se cuenta la historia, y entre todos ellos hay algunos, cuyo título está en números romanos, que se nos relata en primera persona. Y como ya he dicho alguna vez, me encanta cuando los libros están escritos así porque puedo sentirme parte de la historia. Los demás están en tercera, por lo que es muy fácil conocer a todos los personajes aunque a veces sean tantos que puedas liarte un poco con ellos.

En resumen, 'La hija del relojero' es un libro que nos cuenta una historia plural, con varios personajes y en diferentes momentos en el tiempo, donde todo gira en torno a un asesinato que se cometió en 1862 y unos objetos descubiertos muchos años atrás, que no parecen tener relación alguna entre ellos, pero cuyas apariencias, engañan. Es un libro denso, pero que a medida que vamos avanzando en la historia y descubriendos secretos la lectura va fluyendo cada vez más y llega un punto en el que no puedes parar de leer. Es un libro con un gran misterio en el que muchas cosas no son cómo parecen y cuyo desenlace, al menos yo, no me esperaba. Os lo recomiendo si os gustan los libros con una historia interesante, con muchos personajes y muchos secretos que descubrir.

Estás enamorada y es que el amor es exactamente así. Es quitarse una máscara, mostrar tu verdadero ser a otra persona y la aceptación forzosa, la espantosa conciencia de que quizás la otra persona no sienta nunca lo mismo.

Gracias a la editorial por el ejemplar para la Lectura Conjunta